Aguilucho Pálido

Cuando caza en vuelo, a poca altura, el Aguilucho Pálido aletea perezosamente cuatro o cinco veces, luego planea con las alas medio alzadas y, por fin, se lanza a tierra para capturar un ratón, una rana, un pollo de Triguero o un huevo de otra ave que críe en tierra.

Por el contrario, durante sus espectaculares juegos nupciales aéreos, puede realizar grandes acrobacias: se eleva verticalmente, gira con una voltereta en lo alto de la trayectoria y luego se desploma con las alas cerradas. Mientras la hembra está echada en el nido, el macho, tras capturar una presa, la llama con estridentes chillidos y le traspasa el alimento en vuelo, bien directamente de unas garras a otras o después de soltarlo en el aire; la hembra regresa inmediatamente al nido, donde continúa la incubación al tiempo que devora la comida. Los padres defienden vigorosamente el nido contra los intrusos gritando agudamente y picando hasta llegar a tocarles, ahuyentándolos enseguida.

Este aguilucho puede verse todo el año en el norte de España, donde anida repartido en escaso número por zonas más o menos esteparias y eriales con algunos árboles. En el resto de la Península sólo se encuentra en migración e invernando, ya que aquí invernan bastantes aves de otros puntos de Europa.
Identificación: Macho gris, se distingue del Aguilucho Cenizo por su obispillo [Rabadilla de las aves.] blanco y ausencia de barras negras en las alas. Hembra castaña, con partes inferiores rayadas y barras negras en las alas.

Nidificación: La hembra construye el nido sobre el suelo, a menudo en brezos; puesta, mayo-junio; normalmente 4 huevos blancos o azul pálido; incubación, alrededor de 28 días, sólo por la hembra; los pollos, alimentados por ambos padres, dejan el nido tras unas seis semanas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario