Originariamente era una especie más propia de los bosques termófilos de sabinas, dragos o acebuches situados a menor altitud. Pero tras la gran regresión de estos —a raíz de la colonización humana de las islas—, esta paloma se refugió en bosques de laurisilva y en manchas de fayal-brezal conocidas como monteverde. También ocupa bosques más secos, pinares mixtos y, especialmente, barrancos y laderas escarpadas con vegetación más termófila, que parecen ser su hábitat ideal. En general, frecuenta zonas situadas a menor altitud que la paloma turqué y no parece tan dependiente como esta de la laurisilva. También puede instalarse en zonas de cultivos y frutales cuando busca alimento.
Alimentación
Su dieta es principalmente frugívora y se basa en frutos y brotes de viñátigo, faya, lentisco, peralillo o palmeras, así como en frutas cultivadas —especialmente nísperos—, semillas y flores. Ocasionalmente puede ingerir pequeñas cantidades de insectos y otros invertebrados.
Desplazamientos
Es un ave sedentaria, aunque puede realizar pequeños movimientos locales en función de la disponibilidad de alimento.
Reproducción
El periodo reproductor de esta paloma se extiende desde marzo hasta septiembre. La especie, que puede realizar varias puestas anuales, cría en el suelo de repisas y grietas de paredones rocosos, normalmente resguardados por densa vegetación. El nido es muy simple o prácticamente inexistente, pues los huevos se depositan casi directamente sobre el suelo. La puesta es de un solo huevo, de color blanco, que es incubado por ambos progenitores durante 18-20 días. Los pollos vuelan cuando cuentan con unos 25 días de edad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario