Gallus gallus

DESCRIPCIÓN:
Los gallos y las gallinas muestran un evidente dimorfismo sexual, pudiéndose distinguir ambos a simple vista. Los machos son más grandes, midiendo en torno a los 70 cm y llegando a pesar hasta 1.5 kg. Poseen una gran cresta rojiza en la cabeza, los cuales usan como símbolo de dominancia. Se dice que los ejemplares de gallo rojo salvajes poseen colores más brillantes que sus parientes domésticos.
El dorso está recorrido desde el cuello hasta la espalda por una capa de plumas doradas. La cola está compuesta por plumas oscuras grandes y arqueadas, que brillan de color azul, púrpura o verde bajo la luz. A ambos lados de su cabeza aparecen dos manchas blancas, que lo distinguen de otras especies cercanas, además de las patas grisáceas.
Las gallinas son más pequeñas. No suelen medir más de 50 cm y apenas llegan a 1 kg de peso. Poseen una coloración menos atractiva, destinada a proporcionarles protección y escondite en su hábitat. Sus apéndices carnosos de la cabeza son también mucho menos prominentes.
En la estación de muda (de junio a octubre) los machos adquieren un plumaje compuesto por plumas largas y negras hacia la mitad del dorso, y el resto del cuerpo cubierto de plumas anaranjadas. En las hembras no es apreciable ningún cambio, aunque igualmente mudan de plumas.
En los ejemplares domésticos las características físicas dependerán de la raza y las características de esta.
Existen estudios recientes que ponen de manifiesto genes latentes en el gallo doméstico para la producción de dientes en las mandíbulas. Estos son herencia de pájaros primitivos como el Archaeopteryx, los cuales eran a su vez descendientes de dinosaurios terópodos. Incluso se ha llegado a sugerir que la gallina doméstica estaba emparentada con el Tyrannosaurus rex.



No hay comentarios:

Publicar un comentario