Era un loro grande, de 70 cm, de color azul turquesa pálido, y con una cabeza grande grisácea. Contaba con una cola proporcionalmente larga y un pico fuerte y grande. Mostraba piel desnuda amarilla en un anillo periocular (alrededor del ojo) y en una media luna que bordeaba la mandíbula. Era el único miembro del género Anodorhynchus cuyo color del plumaje variaba con la incidencia de la luz.
Era residente del noreste de Argentina, el sur de Paraguay, el noroeste del Uruguay y el sur de Brasil. Ya a fines del s. XIX era muy raro, y contaba con solo dos registros aceptables durante el s. XX. El último registro de un ejemplar vivo de la especie fue efectuado por el profesor Raúl Vaz Ferreira en el año 1950, a 8 kilómetros al sur de Bella Unión, departamento Artigas, en el noroeste uruguayo. Expediciones de ornitólogos al suroeste de Paraguay en los años 1990 fallaron en encontrar evidencia de la existencia de poblaciones vivientes de esta especie; la última vista por residentes de la región fue en 1932. También promovió su extinción la sobredestrucción de la palma yatay (Butia yatay), cuyas nueces eran su alimento insustituible. Sin embargo, siempre hay persistentes rumores de su existencia en recónditas selvas del este del Paraguay y, en especial, en planteles de coleccionistas de aves, tal vez confundidas con alguna de las otras especies de este género.
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