La paloma urbana

La paloma urbana, que es considerada por una gran parte de la población como animales benéficos son, sin embargo, en la actualidad el ave plaga más peligrosa para el ser humano.
Se encuentran en ciudades y áreas rurales. En las ciudades, pueden verse en los parques y plazas donde muchas personas disfrutan observándolas y alimentándolas; utilizan los puentes, edificios, estatuas, etc. como áreas de perchado, descanso y nidificación. En las áreas rurales habitan en los patios de las granjas, establos, graneros, torres, etc. En general, las palomas son animales que tienden a alimentarse, anidar y descansar rutinariamente en los mismos lugares, en sitos localizados en áreas altas y protegidas.
Por una parte, las palomas causan molestias debido a que depositan sus excrementos en edificios, bancos, estatuas, vehículos. Este hecho no sólo es desagradable a la vista y al olfato, también provoca manchas permanentes o la prematura corrosión y oxidación de algunas estructuras de metal y otros objetos. Además, sus nidos pueden obstruir bajantes de agua.
Por otra parte, desde el punto de vista sanitario, las palomas pueden ser portadoras de organismos patógenos y pueden transmitir enfermedades tales como histoplasmosis, ornitosis, salmonelosis y criptococosis. Son, además, hospederos de varios ectoparásitos: Cimex columbarius (chinche del nido de la paloma), Argas relexus (garrapata de paloma), Pseudolynchia canariensis (mosca de la paloma), etc.
En el control de las palomas es necesario considerar que alimentar a las palomas en una forma de recreo para algunas personas y que si se lograra evitar esto, se podría reducir en gran medida el problema que suponen.
Como vemos, el control de la población de palomas es un problema complejo en el que se deben integran cinco estrategias complementarias:



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