Sebright plateado

Clase I Americana: son razas mayormente de doble propósito y casi todas de tarsos y piel amarillos, creadas en Norteamérica. Se trata de las Plymouth Rock, Rhode Island, Wyandottes, Java, Gigante de Jersey y otras.
Clase II Inglesa: también razas de doble propósito en su mayoría, pero en este caso predominan los tarsos y piel blancos. Son características en esta clase las Orpington, Sussex, Dorking, etc..
.Clase III Mediterránea: se trata de aves livianas con gran desarrollo de alas y cola y elevada postura; crestas grandes y orejillas blancas. Son populares las Leghorn, Minorca, Española negra cara blanca, Catalana del Prat, Andaluza y Ancona.
Clase IV Asiática: son aves grandes y tienen en común los tarsos emplumados y su mansedumbre. Las razas mas difundidas son las Brahma, las Cochinchinas y las Langshan.
Clase V Francesa: aves de tamaño mediano a pequeño de origen francés que se caracterizan por poseer copetes y/o barbas. Las razas que integran esta clase son las Crevecoeur, Houdan, La Fleche y Faverolles.
Clase VI Hamburguesa: una única raza integra este grupo, la Hamburguesa, de origen alemán; tamaño mediano, cola larga y cresta rosa.
Clase VII Continental: también una sola raza compone este grupo, la Campine.
Clase VIII Oriental: son aves originarias del sudeste asiático, de gran desarrollo muscular; como las Cornish, Sumatra y Malaya.
Clase IX De Riña: aves de riña, de tamaño mediano a chico: Aseel y Old English Game.
Clase X Copetona: son de pequeño porte, y tienen en común grandes copetes: son la Holandesa y la Paduana.
Existen otros estándares, que, según el origen de la redacción, se clasifican teniendo en cuenta diferentes parámetros. Hay algunos que incluyen las clases australiana (Australorp), sudamericana (Araucana) y centroamericana (Cubalaya). Hay infinidades de razas, entre nosotros poco o nada conocidas, la gran mayoría de origen europeo, y que no están incluídas en estándares; muchas ya extintas o en peligro de desaparecer. Hay otras que afortunadamente han sido sometidas a programas de recuperación y ya se han conseguido existencias importantes. A los que somos criadores de aves de raza nos resta conservarlas y multiplicarlas a conciencia; a los estados corresponde permitir intercambios de ejemplares entre los países, para que semejante variedad de razas y sus variedades logren mantenerse inalterables durante el tiempo, para que las generaciones que vienen puedan disfrutar de tanta riqueza y admirar el trabajo de sus creadores.





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